lunes, 13 de mayo de 2013

El Madrid, tan cerca, tan lejos


Los blancos se desmoronan en un último cuarto para olvidar y pierden la final de la Euroliga ante Olympiakos, desde ayer doble campeón

Quedaba mucho, tres cuartos largos de partido, pero el Madrid lo acariciaba. Al menos soñaba con la Copa. Tras completar uno de los mejores parciales que se le puede ver a un equipo de baloncesto (27-10), el Real se veía casi campeón, se veía en el avión celebrando el título. Se imaginaba las calles de Madrid aclamado por la afición, que esperaba tras 18 años de frustraciones en Europa. Defensa, ataques rápidos, 12 puntos de Rudy, dirección sublime de juego, bien Mirotic, bien Llull, soberbio Begic.
Pero desgraciadamente para los blancos fue un espejismo. El segundo cuarto le permitió observar que su rival, un excelso Olympiakos, estaba vivo. En el tercer cuarto la conclusión ya era clara. Esto se tenía que cocinar más, todavía no estaba el plato bien hecho. El último parcial fue el desquiciamiento con el objetivo ya lejos, la psicología hecha trizas. Borrado de la pista por un torbellino griego. Letal en todas sus líneas. El sueño se había acabado.
 El Madrid sucumbió en tres cuartos para el olvido, tras uno imperial. Recibió 90 puntos en los tres parciales, habiendo encajado sólo diez en el primero. En el último la sangría fue de 39 puntos, impropia de un partido de este nivel, tanto como en el que anota como el que recibe. Algo falló. O muchas cosas. Quién sabe.
Quizá sólo fue una que lo engloba todo. La bajada de intensidad defensiva blanca y la superioridad griega en todos los contactos (con permisividad arbitral, sin ser excusa, algo objetivo que sucedió). Quizá fueron varias. El despertar de Spanoulis, desaparecido en la primera parte, estelar en la segunda con 21 puntos. La mala defensa del Madrid, las malas decisiones en determinados momentos, por qué Rudy es insuficiente con 20 puntos. Tampoco ayudaron Mirotic y Lull fuera del partido en los dos cuartos finales, el montenegrino tras un golpe que fue falta pero que los árbitros obviaron, que le dejó en tierra varios minutos. Quizá la defensa distinta de Sergio Rodríguez a Spanoulis, que la que le hizo a Navarro, quizá porque es distinto defender a quien lleva el balón que al que recibe tras los bloqueos.
Algunos culpan a Laso, el menos culpable. El que ha llevado a este equipo a volver a ser alguien en esta competición y el primero que salió ayer a dar la cara “Demostramos que somos grandes al ver las caras ahora y al darnos cuenta de que estamos hechos una mierda”. Así de tajante, así de dolido tras la ocasión perdida.
Enfrente un Olympiakos, ya lo decíamos, demasiado infravalorado estos días, demostrando ser uno de los grandes de la historia. Dos títulos consecutivos, nadie lo conseguía desde que en 2005 lo hiciera el Maccabi. Con monstruos, aparte de Spanoulis, que serán grandes. La fuerza de la naturaleza que es Haynes. También Law, Papanikolau, Perperoglou, Antic. Un señor equipo, dirigido por Barzokas, el primer griego que gana la Euroliga en el banquillo.
Vicente Salaner lo dijo ayer en Es Radio. “Es evidente que la competitividad del Real Madrid queda algo tocada”. Es cierto que se diluyó en el último cuarto cuando nunca pudo competír si obviamos el triple de Carroll que puso a los blancos a tres (70 – 67) y el arreón final cortado de raiz por un triple de diez metros del base griego, experto en jugar finales. Si Spanoulis está en estas citas es para erigirse como guía de su equipo y así lo hizo. Queda saber si el Madrid se repondrá del golpe. Es de esperar que sí, porque la Liga Endesa es el objetivo. Éste reto queda ya atrás pero es muy razonable pensar que no pasarán otros 18 años para ver al Madrid en una final. Basta con ver lo fastidiados que estaban por perder este de ayer. Espíritu de campeón siempre tiene el Real Madrid.

viernes, 10 de mayo de 2013

El Madrid vuelve a rozar la gloria


Se impone al Barça en la semifinal de la Final Four y jugará su primera final desde 1995 / Sergio Rodríguez cambia el ritmo del partido a tiempo y sabe derribar una zona casi perfecta de Pascual / El Barça cae de nuevo en este torneo y ya son 12 las desilusiones

18 años después y ante el mismo rival que en abril de 1995, jugará el Madrid una final de Copa de Europa. Lo hará el domingo ante el Olympiakos rebelde que se ha cargado al CSKA y lo harán los dos equipos quizá extenuados por el esfuerzo de las dos semifinales, pero lo harán para engordar sus vitrinas.
            El Madrid ha ganado un partido dramático, que tuvo mal encarado al principio (11-18), bien posicionado a final del primer tiempo (39-33), igualado en el tercero, perdido a siete minutos del final (61-52 tras triple de Ingles). Pero lo acabó ganando con un 2-17 descomunal en seis de los últimos siete minutos de encuentro. Ese es el Real Madrid por el que Laso luchó a principio de año, uno que jugara igual en defensa que en ataque. Cuando no funciona una cosa hay que darse cuenta que puedes ganar con la otra.
            Sin minutos casi para Llull y Mirotic, decidió jugarse los minutos finales de partido Laso y le salió bien. Pascual le había plantado una zona desde finales del tercer cuarto y el resultado había sido muy positivo para los culés, que llegaron a hacer un 12-0 de parcial. Pero Sergio Rodríguez decidió crtar por lo sano y derribar una zona como se debe, con contínuas penetraciones para canastas fáciles de compañeros. Ahí vinieron dos canastas de Slaughter más siete puntos de Felipe, más dos canastas de Rudy. Del 61 – 52 al 63 – 69. Tremendo.
            Tardó Pascual en parar el partido, quizá el error clave del técnico, quizá el único en este partido. Ya el Madrid sentía más suya la necesidad de volver a reinar en Europa y ya el partido no lo iba a perder. Cuando un equipo ha estado herido conviene darle la puntilla. Si no, estás muerto.
            Para conclusiones claras, varias. Jawai no estaba para jugar. Dos minutos en cancha, dos faltas y unos pasos. Tomic es un pivot bestial que, acompañado de un cuatro brutal, no Lorbek, de nuevo superado por el partido, podría formar una pintura de dominio para años. En el Madrid, Sergio Rodríguez cambia el ritmo de cualquier partido y Felipe es eterno. Inconmensurable partido del capitán que quiere coronarse el domingo. Sería campeón de Europa con España y con el Madrid.
            En un partido de contínuos bailes en el marcador, fue más contundente el Madrid en los cuartos que dominó. Los dos ganaron dos cuartos muy claros. 18-11 y 18-9 el Barça dos de ellos para un 36-20. El Madrid 15-28 y 16-26, igual a un 31-54. Los dos fueron mejores muy claramente al rival, en momentos del partido, pero cuando hubo que serlo de verdad, lo fue el Madrid. Así se escribe la historia de la vuelta del equipo blanco a una final. Así se escribe la duodécima caida del Barça en una Final Four, ocho de ellas en semifinales. Sigue siendo el torneo maldito.

La defensa lleva en volandas a Olympiakos


Espectacular exhibición defensiva de los griegos que dan la gran sorpresa al vencer al CSKA de Messina / Jugarán el domingo su tercer final en cuatro años

Como si de un infierno se tratara, como si se jugase en la misma Atenas, como si algo le hubiese bloqueado la mente a los jugadores de CSKA, resulta que a las primeras de cambio y tras una de las exhibiciones defensivas más impactantes que se recuerda en una Final Four, nos hemos quedado sin favorito en Londres. O mejor dicho, ahora el favorito, o el que tiene más moral es el que ha ganado en la primera semifinal al máximo candidato antes de viajar a la capital inglesa todos los equipos.
            Olympiakos se ha encargado de demostrar que este deporte es fantástico, que nada es lo que parece, que a veces, las menos, no gana el mejor. Pero que una gran defensa puede bloquear a todo un imperio europeo. El equipo de Barzokas ha hecho trizas en un partidazo al máximo exponente de la calidad hecha baloncesto. Pero este deporte es así.
            Basando todo en la defensa excelente a los hombres interiores y asfixiando el exterior, los griegos, actuales campeones de Europa, han dejado en 52 puntos al CSKA, han dejado inadvertido a Krtic, a Teodosic (autor de su primer punto a seis minutos del final del partido), ha dejado en siete canastas de dos a los rusos, han paralizado a Papaloukas, han hecho sentir impotente a Jackson y a Weems. Lo único salvable, el decente partido de Kryapa y el normal de Kaun, pero el resto ha sido negro en el horizonte moscovita.
            Con un gran Spanoulis (no en el tiro, 0/6 en triples, pero sí en dirección de equipo), todo ha sido más fácil para los atenienses. Aportaciones estelares de Hines, Printezis, Antic, Slukas. Secundarios de lujo para un equipazo, seguro inferior a priori que su rival, pero a lo mejor muy infravalorado por casi todos, a pesar de su cetro europeo el año anterior. Lo importante es que ganó y ganó bien.
            Quizá se confió algo Messina, quizá en el comienzo dieron por sentado que en cualquier momento iban a dar el tirón y eso es peligroso, casi mortal en una Final Four. Se lo fueron creyendo los griegos, siguieron anotando, siguieron matando y al final salieron vencedores cuando vieron que el rival no tenía el día. Todo se juntó en una gran exhibición de baloncesto.
            35 puntos anotó el CSKA en los últimos tres cuartos, la mitad, 17 sólo en el primero. Tiraron más de tres que de dos, porque nadie podía pasar al interior en el juego ruso. Lo había estudiado bien Barzokas. Y le salió a la perfección. Falló 14 tiros libres de los 29 que intentó el equipo de Messina. Es evidente que nada salió.
            Se planta Olympiakos en su tercera final en cuatro años. Perdió la de 2010 ante el Barça, pero ganó el año pasado. Es el equipo más regular ultimamente, es el que todos temen a partir de este gran viernes para el basket. Por algo será.

Un duelo histórico en su máxima expresión


Barça y Madrid reviven esta noche el choque de 1996, único precedente entre ambos equipos españoles en una semifinal europea / El CSKA de Messina, que se mide al actual campeón Olympiakos, gran favorito al título

Un 9 de abril de 1996 se vieron en París, en el último precedente en semifinales entre Barça y Madrid. Esa guerra la ganó el Barça por agotamiento físico del Madrid (Obradovic no hizo ningún cambio los 25 primeros minutos del partido) y el Madrid se dejó quince puntos que había agarrado en la primera parte. Dos días después el Barçafue atracado por la FIBA con aquel tapón ilegal de Vrankovic a Montero. Son historias del pasado, pero que reviven esta noche en el 02 de Londres (21.00 h, La 1) en busca de la final del domingo, la segunda en cuatro años para el Barça, la primera en 18 para el Madrid.
            En 2010 fue campeón en París el Barça, desde 1995, en Zaragoza, no lo es el Madrid. Los dos curiosamente mataron a la misma víctima en su último título, el Olympiakos. Hoy los griegos, actuales campeones, estarán presentes en Londres pero jugarán con papel de derrotados en los pronósticos ante el gran CSKA de Moscu, para muchos el gran favorito, el domingo.
            Para la semifinal hispana de esta noche todo se conoce de todos. Incluso Pascual, muy fan de las variantes tácticas tanto ofensivas como defensivas, dijo ayer en la rueda de prensa que “no es fácil sorprendernos entre nosotros. Hemos trabajado mucho los dos equipos, pero nos conocemos tanto que serán muy poco habituales las sorpresas tácticas”. Laso le secundó en esa idea. “creo que somos candidatos los dos, pero no será fácil estar en la final. Ha habido de todo este año, victorias suyas y nuestras”
            Es verdad que se han enfrentado cuatro veces y han ganado dos partidos cada uno. En la Supercopa y en un clásico venido a menos, hace dos semanas, ganó el Madrid y en el partido de ida de Liga y en los cuartos de la Copa, ganó el Barça. Tienen rencillas los dos de la gran final del año pasado donde se impuso el Barça en cinco frenéticos partidos y tienen recuerdos de la final de Copa que le arrebató el Madrid al conjunto culé, en el Palau Sant Jordi.
            Pero este partido es distinto. Para empezar Jawai será duda hasta última hora y si juega será infiltrado. También son duda Wallace y Sada y Mickeal es baja sabida. Con esos problemas el Barça podría tener miles de sobresaltos tanto en el juego interior como en la dirección de equipo. 40 minutos para Huertas y Jasikevicius son muchos. Que nadie ayude a Tomic con solvencia, es para temblar.
            En el Madrid todos listos y preparados para un gran reto, el que tiene el club blanco, fuera de la élite desde 1995. Muchos dicen que sería sorpresa que ganaran este año. No hay interior de solvencia ante pivots, por ejemplo de CSKA (Krtic, Kaun). Pero no parecería un resultado de otro mundo si los blancos levantan la Copa el domingo a eso de las once de la noche. Mirotic está de vuelta, Slaughter y Begic han mejorado prestaciones y el perímetro es el mejor de Europa si está fino.
            Con estos parámetros saldrán los dos españoles a la pista del mastodóntico escenario londinense, sede de la épica final del 12 de agosto en los Juegos Olímpicos entre España y EEUU. Saldrán ya sabiendo quien es el rival, resultado del gran partido, repeticion de la final del año pasado, entre CSKA y Olympiakos. En Estambul los griegos dieron una sorpresa de magnitudes bíblicas. Hoy los rusos son grandes favoritos. Y los aon con Messina, que puede ganar su curta Euroliga tras las conseguidas en 1998 y 2001 con la Kinder de Bolonia, y en 2006 y 2008 con su equipo de ahora. Ayer el italiano revolvió un poco el pasado para compararse a Mourinho en la presión que había tenido de la prensa en el Real Madrid.
            Con un favorito ruso (Papaloukas, Kryapa, Jackson y, sobre todo, Teodosic, están a un nivel excelso) y con la esperanza española, que no se nos irá hasta el domingo por la noche, se encara esta Final Tour, la primera en Londres, algo que no ha debido gustar a los londinenses, que no saben en un 54% que se celebra este fin de semana este evento. Preguntados ayer, un poco más de la mayoría no sabía de qué hablaba el periodista. La FIBA debe mirarse estas cosas porque no son de recibo en ningún caso.