El equipo de Pascual vuelve a defraudar en una Final Four / OLympiakos, más consistente y con un Spanoulis genial, se mete en la final con justicia / CSKA venció a Panatinaikos en la otra semifinal
No
fue el día del Barça, como no lo habían sido las diez ocasiones anteriores en
las que se había presentado en la Final Four y no habían vuelto a Barcelona con
el título. El lastre sigue siendo demasiado pesado, a veces inaguantable para
una plantilla hecha de millones que, una vez más, no ha dado la talla cuando
sale de casa. En esta ocasión, incluso, en la mejor de las disposiciones pues
el equipo sólo había perdido una vez este año en Europa. La de esta noche ha
sido la segunda caida en la arena, pero la más importante, la que marca el casi
invisible hilo que separa el éxito del fracaso.
El
equipo de Pascual está cansado, nota en exceso una temporada plagada de
partidos. Eso, lejos de ser una evidencia inexorable, es la excusa que pueden
poner los azulgrana para este partido que no fue del todo malo, pero que a
todas luces fue insuficiente para superar a un Olympiakos que ha sido mejor
equipo muchas veces, otros años, pero que en este 2012 presenta una versión muy
aseada, normal, capaz de derrotar a un equipo algo superior.
Esa
evidencia que se convierte en excusa es muy mala para ser utilizada. Es verdad,
no se aleja ni un ápice de lo que es certero, pero el Barcelona no puede alegar
cansancio para llegar un cuarto tarde a un partido tan importante. En el primer
acto de la semifinal, el Barça fue un equipo dubitativo, casi inapreciable y
los griegos sólo aprovecharon para ganar por seis. 17-11, pero ya había podido
ser mucho peor. Reaccionó Pascual al mal primer cuarto de Navarro, Marcelinho y
Eidson, colocando a Sada para mover al equipo, metiendo balones a Vázquez, bien
en este parcial y buscando algo más a Mickeal. En este último caso el resultado
fue nulo porque no está el americano para muchos trotes.
Anotó
Navarro el triple que ponía por delante al Barcelona (26-27), la única vez que
los españoles estaban por encima. Reaccionó como un trueno el grupo de Ivkovic,
liderados por un soberbio Spanoulis, un eficaz Law y un jugador que en Unicaja aún
se lamentan de las lesiones sufridas en la Costa del Sol. Printezis es un
jugador enorme, que se rearma moralmente en un partido, de los que gustan por
Atenas. Quizá con menos calidad que otros, pero con una tenacidad bárbara. El
Olympiakos estaba por delante en el marcador al descanso. 33-29.
Tras
un arranque sensacional de los griegos (39-31) lo mejor del Barça se vio en
este tercer parcial. Pascual se puso a defender y ordenó ayudas constantes
sumado a una zona certera paa acercarse en el marcador. 45-43. Casi empata el
partido el Barça en una acción de Vázquez, decisiva en ese tramo de encuentro.
Cinco puntos consecutivos del rival pusieron un 50-43, maquillado hasta los tres
de diferencia con el que empezaba el último parcial. La cosa estaba difícil.
El
último cuarto fue una concatenación de errores. A los españoles les seguían sin
entrar los triples, auténtico lastre en el partido. Sin embargo a los griegos,
sí. De hecho tres en este parcial fueron tras jugada defensiva buenísima de los
de Pascual. El 63-56 parecía una losa demasiado grande.
Pero
el destino le tenía guardada una ocasión inmejorable al Barça. Tras remontar
hasta el 63-61, el partido se volvió loco. Spanoulis anota uno de esos triples
que ganan un partido tras una gran defensa blaugrana. El Barcelona rema hasta
la orilla pero muere en ella. Con 66-64 en el marcador y tras fallo de tiro
libre, Ndong coge un rebote defensivo y saca fuera para que Marcelinho, con 43
segundos por jugar, se juegue el triple de su vida….. y falle. Una canasta de
Dorsey y un error en el último ataque cavaron la tumba blaugrana.
Las
preguntas que se hacen ahora los aficionados al baloncesto quedarán sin
respuesta hasta final de temporada, pero son muchas. Una es si esta plantilla
es verdaderamente competitiva en determinados puestos. A eso respondo sin dudas
que lo era más la de 2010 o la que al año pasado no se clasificó para su Final Four,
la que el Barcelona pretendía ganar en el Palau Sant Jordi. Otra cuestión es si
Xavi Pascual ha amarrado más en su estilo de juego, se ha hecho más
conservador. También respondo sin dudas que sí, que se ve peor baloncesto de lo
que se veía antes. No es cuestión de jugadores. A veces, casi todas, el técnico
dibuja un boceto de lo que es el equipo. Y no sé por qué, este dibujo es más
feo y menos colorido en este 2012.
Ganó CSKA
Fue una gran
semifinal la que abrió esta competición. Un primer cuarto de clinic baloncestístico
había puesto sobre aviso al buen aficionado al basket que el Panatinaikos no
iba de broma. 15-29 tras diez minutos.
Lo que sucedió desués fue más inexplicable. El equipo ruso apretó las
tuercas en defensa, pero los griegos se vinieron paulatinamente abajo.
Y
eso que tuvieron el partido en el bolsillo cuando Diamantidis anotó el 60 – 64 a
dos minutos del final. Esa fue la última canasta griega. CSKA endosó un parcial
de 6-0 hasta el 66-64. El equipo de Obradovic falla un ataque y tras falta a
Teodosic, el serbio tiene en sus manos y con nueve segundos la ocasión de
sentenciar el choque. Pero falla los dos lanzamientos y el PAO saca de medio
campo para empatar o ganar el partido.
La
jugada que planeó Obradovic nunca la sabremos porque Diamantidis perdió la
pelota en manos de Siskaukas y las ilusiones helenas se fueron en esos fatídicos
siete segundos. CSKA se mete en la Final y el domingo ante Olympiakos podrá
ganar el título que se le resiste desde 2008