Leo hoy la sección de Madrid del diario El Mundo y me quedo intranquilo, algo incrédulo quizá. Algo sucede en la historia de Antonio Bueno que no acaba de encajar o, a lo mejor, encaja demasiado bien. Me explico. Resulta que la madre del jugador, Antonia, habla hoy para el periódico y asegura que no le dejan ver a su hijo en el hospital. Más bien que su hijo ha dado orden de que no entre a verle.
La historia se convierte en enigmática cuando descubrimos que Bueno ha pasado toda su vida (desde que tenía 7 años hasta dos meses antes del accidente) con su madre, después de que el padre les abandonara a él, a la madre y a su hermano Alberto en el año 1987. Antonia cuenta en el reportaje que les dejó absolutamente tirados y que ella tuvo que salir a la calle a buscar trabajo. Que si limpiadora de suelos, que si cristalera, hasta que encontró un trabajo bien remunerado en el Ayuntamiento de Madrid.
Dos meses antes de aquel 29 de mayo en el que Antonio se cayó desde un tercer piso en Vallecas, el padre había vuelto a la vida del jugador, que ya no tenía trato con su madre. Parece ser, según cuenta Antonia, que Bueno le había dicho algunas cosas raras entre las que se encontraban "ideas extrañas, por ejemplo que veía a los muertos en los sueños". La cabeza de ella, como buena madre, se puso a funcionar y llegó demasiado lejos, tanto como lo que una madre puede sospechar de un hijo. Al jugador le estaban lavando el cerebro de una manera total en la Escuela de Desarrollo Transpersonal, un centro al que Antonio estaba acudiendo de manera gradual, una secta según la madre.
La historia llega un mes después del accidente y ahora que Antonio ya está fuera de peligro. Ese día y los siguientes se sospechó con un intento de suicidio del jugador. La semana siguiente se descartó esta tesis oyendo al médico del Joventut y al propio Pepu. Pero con la aparición de este desgarrador testimonio, la hipótesis toma de nuevo fuerza. Todo es tan raro. Las 4.30 de la mañana, Bueno en la terraza, el padre, 23 años después de dejarles, sólo en la cocina tras una charla con el jugador ...Todo tan fácil de argumentar, todo tan extraño
La madre del jugador termina aduciendo unos trastornos psíquicos de Bueno en estos últimos años. Lo que faltaba. La vida de una estrella hecha trizas. Porque para el baloncesto, Antonio ya no estará jamás. Y todo, presuntamente, por "unas ideas raras". La cuestión será ahora, primero, abordar a Antonio para que cuente todo lo que quiera, pero es básico para conocer la historia verdadera. Hay que ver las dos versiones pero uno se queda de piedra al leer a la madre.
A mi me cuesta creer que sea una cuestión de oportunismo de ella hacer ahora estas declaraciones. Es muy cruel para ser mentira, pero ¿Y Antonio? ¿Cómo estará?. El asunto está lleno de un hermetismo absoluto. Veremos en qué acaba todo.
lunes, 28 de junio de 2010
viernes, 18 de junio de 2010
Pau Gasol se gradúa en Los Ángeles
Los Lakers ganan la NBA en un séptimo partido épico / Pau anotó 19 puntos y cogió 18 rebotes pero el MVP recayó en Bryant
El día en que Pau Gasol fue la verdadera estrella de los Lakers (19 puntos, 18 rebotes), el día en que el español cogió de manera definitiva las riendas del equipo angelino, cuando éste moría (36-49 a seis minutos del final del tercer cuarto), el día en que el basket español se instaló en plena California, los Lakers ganaron la NBA, pero el MVP de las finales fue para Bryant.
Está así montado y ya en el tercer partido se comentaba. Si los amarillos eran campeones el galardón sería para Kobe. Da igual lo que hiciera Gasol. Ha dado igual que Pau haya pasado todos los partidos de diez puntos y que en tres haya pasado de 20. La media de más de 10 rebotes por partido también ha dado igual. Pero, efectivamente, todo da lo mismo si el resultado es el anillo para los Lakers, decimosexto en su historia. El buen aficionado al baloncesto, el analista imparcial sabe que este anillo es, en buena parte, culpa de Pau.
Fue un séptimo partido de escándalo. Cuando a cinco minutos del final los locales empataban a 66, el drama estaba instalado en el Staples. No habían valido de nada los seis partidos anteriores, ni casi la temporada, ni los 43 minutos primeros de partido. La final se decidía en cinco minutos. No se recordaba nada igual. Y entonces, los Celtics empezaron a temblar. Fallaron tres ataques seguidos con acierto púrpura y con seis abajo encararon una recta final ahogados, muertos. Sacaron la cara con un triple de Wallace, de nuevo con Rondo. Y llegaron tres abajo a 30 segundos del final.
Y entonces sucedió una de esas jugadas impropias de una estrella como Bryant. Que sale bien pero que estuvo a punto de hundir a su equipo. Artest había lanzado una piedra impresentable y Gasol recoge el rebote, dobla para Bryant que, con 24 segundos por jugar, decide ir de nuevo a canasta. Fue falta en ataque pero sólo Dios y la divina fortuna quiso que el árbitro Dan Crawford pitara falta en defensa. Los dos tiros libres dieron tranquilidad relativa a Lakers porque Rondo anotó de tres para poner el 81-79 en el marcador.
Jackson diseño una jugada para que Vujacic tirara los tiros libres por la falta que iba a cometer Boston. Quedaban 9 segundos y el esloveno no falló, quizá, en los tiros más importantes de su carrera. Con cuatro arriba para los locales, Boston erró el triple que les hubiera acercado y el que le dio el título a los Lakers.
Es la primera vez que los Lakers le ganan un séptimo a Boston, es el 16º título angelino, sólo a uno de los verdes. Phil Jackson no ha perdido nunca una serie que empieza ganando. Serán estadísticas, pero que valen su peso en oro en esta final. Una serie que ha marcado un hito en emoción, en tensión, una de las mejores de los últimos años. Por eso son los dos equipos NBA por excelencia. No se engañén, siempre Lakers-Celtics.
El día en que Pau Gasol fue la verdadera estrella de los Lakers (19 puntos, 18 rebotes), el día en que el español cogió de manera definitiva las riendas del equipo angelino, cuando éste moría (36-49 a seis minutos del final del tercer cuarto), el día en que el basket español se instaló en plena California, los Lakers ganaron la NBA, pero el MVP de las finales fue para Bryant.
Está así montado y ya en el tercer partido se comentaba. Si los amarillos eran campeones el galardón sería para Kobe. Da igual lo que hiciera Gasol. Ha dado igual que Pau haya pasado todos los partidos de diez puntos y que en tres haya pasado de 20. La media de más de 10 rebotes por partido también ha dado igual. Pero, efectivamente, todo da lo mismo si el resultado es el anillo para los Lakers, decimosexto en su historia. El buen aficionado al baloncesto, el analista imparcial sabe que este anillo es, en buena parte, culpa de Pau.
Fue un séptimo partido de escándalo. Cuando a cinco minutos del final los locales empataban a 66, el drama estaba instalado en el Staples. No habían valido de nada los seis partidos anteriores, ni casi la temporada, ni los 43 minutos primeros de partido. La final se decidía en cinco minutos. No se recordaba nada igual. Y entonces, los Celtics empezaron a temblar. Fallaron tres ataques seguidos con acierto púrpura y con seis abajo encararon una recta final ahogados, muertos. Sacaron la cara con un triple de Wallace, de nuevo con Rondo. Y llegaron tres abajo a 30 segundos del final.
Y entonces sucedió una de esas jugadas impropias de una estrella como Bryant. Que sale bien pero que estuvo a punto de hundir a su equipo. Artest había lanzado una piedra impresentable y Gasol recoge el rebote, dobla para Bryant que, con 24 segundos por jugar, decide ir de nuevo a canasta. Fue falta en ataque pero sólo Dios y la divina fortuna quiso que el árbitro Dan Crawford pitara falta en defensa. Los dos tiros libres dieron tranquilidad relativa a Lakers porque Rondo anotó de tres para poner el 81-79 en el marcador.
Jackson diseño una jugada para que Vujacic tirara los tiros libres por la falta que iba a cometer Boston. Quedaban 9 segundos y el esloveno no falló, quizá, en los tiros más importantes de su carrera. Con cuatro arriba para los locales, Boston erró el triple que les hubiera acercado y el que le dio el título a los Lakers.
Es la primera vez que los Lakers le ganan un séptimo a Boston, es el 16º título angelino, sólo a uno de los verdes. Phil Jackson no ha perdido nunca una serie que empieza ganando. Serán estadísticas, pero que valen su peso en oro en esta final. Una serie que ha marcado un hito en emoción, en tensión, una de las mejores de los últimos años. Por eso son los dos equipos NBA por excelencia. No se engañén, siempre Lakers-Celtics.
martes, 15 de junio de 2010
El Caja Laboral culmina su hazaña
Se acabó la ACB quizá cuando nadie esperaba que acabase. Cuando se esperaba una reacción del mejor equipo de Europa, cuando el Barça quería llegar al cuarto, meter presión al Caja Laboral, ahogar al equipo baskonista en su eterno miedo a ganar. Pero no lo consiguió el bloque de Pascual y la final de la ACB se acabó con un campeón justísimo que ha hecho una serie para enmarcar.
Que conste que el encuentro no debió tener prórroga porque el lanzamiento de Eliyahu al borde de la bocina fue taponado ilegalmente por Morris porque el balón bajaba claramente. Pero los árbitros se tragaron el pito y el Barça forzó una situación desesperada. Tuvo el encuentro perdido (66-61) a 50 segundos y acabó forzando el tiempo extra. Luego lo tuvo ganado (70-75) a 1.12 para el final, pero no aguantó al presión. En ese minuto final, Teletovic anotó un triple que acercaba a dos a su equipo. Tras dos lanzamientos libres de Navarro convertidos el equipo baskonista anota un sólo tiro libre y el Barça juega con tres arriba y 40 segundos, pero pierde la pelota cuando justo quedaban 24 segundos por jugar.
Pascual ordena defender pero Teletovic encuentra un pasillo a nueve segundos para poner toda la emoción al choque. 76-77. Tras la falta local a Basile, el italiano tiembla en el segundo y el conjunto de Ivanovic juega para empatar.... en principio, porque la penetración de San Emeterio a cinco décimas del final encuentra su premio más uno adicional, el de la falta de Morris que salta débilmente sobre el alero. Nunca una final, al menos que yo recuerde, tuvo un desenlace más agónico. Un tiro libre que decidía un título y San Emeterio no falló.
Antes de la prórroga y de la tensión final al Barça le faltó ambición, esa que le ha sobrado en la temporada. Salió timorato y casi siempre fue a remolque concediendo ventajas de hasta nueve puntos (37-28). El dominio fue para el Caja Laboral como lo ha sido en toda esta sorprendente, que no injusta, serie final. El grupo de Ivanovic se ha creido más que su rival poder ganar, quizá porque sólo le valía eso. Créerselo. Nada le hacía más fuerte que el Barça y no tenía casi argumentos para competir con el gran equipo culé pero lo ha conseguido a base de casta.
De casta y de una gran defensa ordenada por el técnico. Los bloqueos y continuación no han existido en el Barça. Siempre había un hombre del equipo vasco con su par. No han existido las ayudas en el juego culé, sensacionales todo el año, inexistentes en la final. Pero yo iría más lejos. No han existido ni Navarro ni Ricky. Y eso es mucho decir. No han estado (no vale que Navarro anote 18 puntos hoy, no ha estado fino en otras facetas), no ha existido juego de grupo, da la sensación de que a Ricky (extraño sí, pero ha dado la sensación) le ha venido grande esta final.
Mérito enorme el del Caja Laboral que ha condecorado a Splitter como el MVP de la final, el primero después de Sabonis en 1994 que repite galardón individual en la temporada y en la fase final. Pero esta serie ha servido para ver a Huertas, a San Emeterio (que se ha ganado, quizá, un hueco en la lista de Scariolo), a Eliyahu (16 puntos hoy con 7/10 en tiros). Se ha visto a un bloque y a un entrenador, Ivanovic. Su homólogo en el Barça, Xavi Pascual, ha intentado dar soluciones pero no ha podido encontrarlas en casi ningún momento, aunque le han fallado sus estrellas. No es excusa pero este Barça se ha parecido poco al de todo el año.
Y muchos dirán, ahora, que habría que ver a Pascual en otro equipo. pero eso es relativo también. Messina, Ivanovic, Maljkovic, Lolo Sainz, Diaz Miguel, Ferrándiz, Dan Peterson, Aito y un largo etcétera tuvieron siempre grandes equipos y no se movieron. Por eso han pasado a la historia. Tras esta temporada Pascual también tendrá un hueco en la memoria de los aficionados. Tan sólo sea porque ha ganado la segunda Euroliga del club. Tan sólo por eso, no puede ser tildada de fracaso esta campaña. Este es un juego en el que se gana y se pierde. A Xavi le ha tocado perder, pero ha demostrado que sabe ganar como nadie.
Que conste que el encuentro no debió tener prórroga porque el lanzamiento de Eliyahu al borde de la bocina fue taponado ilegalmente por Morris porque el balón bajaba claramente. Pero los árbitros se tragaron el pito y el Barça forzó una situación desesperada. Tuvo el encuentro perdido (66-61) a 50 segundos y acabó forzando el tiempo extra. Luego lo tuvo ganado (70-75) a 1.12 para el final, pero no aguantó al presión. En ese minuto final, Teletovic anotó un triple que acercaba a dos a su equipo. Tras dos lanzamientos libres de Navarro convertidos el equipo baskonista anota un sólo tiro libre y el Barça juega con tres arriba y 40 segundos, pero pierde la pelota cuando justo quedaban 24 segundos por jugar.
Pascual ordena defender pero Teletovic encuentra un pasillo a nueve segundos para poner toda la emoción al choque. 76-77. Tras la falta local a Basile, el italiano tiembla en el segundo y el conjunto de Ivanovic juega para empatar.... en principio, porque la penetración de San Emeterio a cinco décimas del final encuentra su premio más uno adicional, el de la falta de Morris que salta débilmente sobre el alero. Nunca una final, al menos que yo recuerde, tuvo un desenlace más agónico. Un tiro libre que decidía un título y San Emeterio no falló.
Antes de la prórroga y de la tensión final al Barça le faltó ambición, esa que le ha sobrado en la temporada. Salió timorato y casi siempre fue a remolque concediendo ventajas de hasta nueve puntos (37-28). El dominio fue para el Caja Laboral como lo ha sido en toda esta sorprendente, que no injusta, serie final. El grupo de Ivanovic se ha creido más que su rival poder ganar, quizá porque sólo le valía eso. Créerselo. Nada le hacía más fuerte que el Barça y no tenía casi argumentos para competir con el gran equipo culé pero lo ha conseguido a base de casta.
De casta y de una gran defensa ordenada por el técnico. Los bloqueos y continuación no han existido en el Barça. Siempre había un hombre del equipo vasco con su par. No han existido las ayudas en el juego culé, sensacionales todo el año, inexistentes en la final. Pero yo iría más lejos. No han existido ni Navarro ni Ricky. Y eso es mucho decir. No han estado (no vale que Navarro anote 18 puntos hoy, no ha estado fino en otras facetas), no ha existido juego de grupo, da la sensación de que a Ricky (extraño sí, pero ha dado la sensación) le ha venido grande esta final.
Mérito enorme el del Caja Laboral que ha condecorado a Splitter como el MVP de la final, el primero después de Sabonis en 1994 que repite galardón individual en la temporada y en la fase final. Pero esta serie ha servido para ver a Huertas, a San Emeterio (que se ha ganado, quizá, un hueco en la lista de Scariolo), a Eliyahu (16 puntos hoy con 7/10 en tiros). Se ha visto a un bloque y a un entrenador, Ivanovic. Su homólogo en el Barça, Xavi Pascual, ha intentado dar soluciones pero no ha podido encontrarlas en casi ningún momento, aunque le han fallado sus estrellas. No es excusa pero este Barça se ha parecido poco al de todo el año.
Y muchos dirán, ahora, que habría que ver a Pascual en otro equipo. pero eso es relativo también. Messina, Ivanovic, Maljkovic, Lolo Sainz, Diaz Miguel, Ferrándiz, Dan Peterson, Aito y un largo etcétera tuvieron siempre grandes equipos y no se movieron. Por eso han pasado a la historia. Tras esta temporada Pascual también tendrá un hueco en la memoria de los aficionados. Tan sólo sea porque ha ganado la segunda Euroliga del club. Tan sólo por eso, no puede ser tildada de fracaso esta campaña. Este es un juego en el que se gana y se pierde. A Xavi le ha tocado perder, pero ha demostrado que sabe ganar como nadie.
sábado, 12 de junio de 2010
Final de la ACB (2) El Barça cae al abismo y el Caja Laboral roza la gloria
BARCELONA 69 - 70 CAJA LABORAL
Si alguien tiene una explicación lógica a lo que ha pasado en el Palau en la tarde de hoy que se la envíe por correo electrónico a cualquier aficionado culé o, mejor, que se la envie a Xavi Pascual que en este momento no tiene ni pajolera idea de porqué se le ha ido a su club este encuentro. Un partido que da media Liga al Caja laboral de Ivanovic que si gana este título dará en las narices a muchos críticos que pensaban que estaba de vuelta.
Como en el primer partido, el último cuarto ha sido básico en el desarrollo del partido. 16-23 para el equipo vasco en este periodo con una gran defensa, como en el primer episodio de la final. Con una intensidad manifiesta, con unas ganas de ganar impenintentes. Pero también ante un Barça atemorizado, lejos de la versión espectacular de toda la temporada. Ha perdido en dos días los mismos partidos que tardó en perder siete meses.
Pero no sabemos qué pasa con estos finales de partido igualados. Habrá que empezar a pensar que es un aletargamiento manifiesto cuando el partido está igualdado, acostumbrado a ganar de una diferencia media de 16 puntos en el año. Será por eso. Pero si no es por eso, estaríamos delante de un gran expediente X.
Y Pascual, espléndido otros días, no lo sabe solucionar. Tampcoo es cuestión de linchar ahora al buen técnico. Pero es verdad que entre todos los componentes de la plantilla, no saben resolver problemas que costaban menos en otros tiempos y que eran rutina a mediados de año. Será también porque Ivanovic ha estudiado bien la final.
Y ahi está el Caja laboral, de nuevo con Splitter, San Emeterio y Huertas como hombres clave. El trío se sale en esta final. El miedo a ganar parece superado. Si no, no huibieran pasado con acierto el cúmulo de despropósitos de los dos últimos segundos. Tras canasta casi inútil de Morris (67-70) y con ese tiempo por jugar, Huertas pisa la línea al recibir, San Emeterio hace falta antideportiva y el Barça anota dos tiros y tiene la última opción. pero Ricky se equivoca en el pase y el equipo visitante gana, pero pudo perder. Y no hubiera sido justo.
Si alguien tiene una explicación lógica a lo que ha pasado en el Palau en la tarde de hoy que se la envíe por correo electrónico a cualquier aficionado culé o, mejor, que se la envie a Xavi Pascual que en este momento no tiene ni pajolera idea de porqué se le ha ido a su club este encuentro. Un partido que da media Liga al Caja laboral de Ivanovic que si gana este título dará en las narices a muchos críticos que pensaban que estaba de vuelta.
Como en el primer partido, el último cuarto ha sido básico en el desarrollo del partido. 16-23 para el equipo vasco en este periodo con una gran defensa, como en el primer episodio de la final. Con una intensidad manifiesta, con unas ganas de ganar impenintentes. Pero también ante un Barça atemorizado, lejos de la versión espectacular de toda la temporada. Ha perdido en dos días los mismos partidos que tardó en perder siete meses.
Pero no sabemos qué pasa con estos finales de partido igualados. Habrá que empezar a pensar que es un aletargamiento manifiesto cuando el partido está igualdado, acostumbrado a ganar de una diferencia media de 16 puntos en el año. Será por eso. Pero si no es por eso, estaríamos delante de un gran expediente X.
Y Pascual, espléndido otros días, no lo sabe solucionar. Tampcoo es cuestión de linchar ahora al buen técnico. Pero es verdad que entre todos los componentes de la plantilla, no saben resolver problemas que costaban menos en otros tiempos y que eran rutina a mediados de año. Será también porque Ivanovic ha estudiado bien la final.
Y ahi está el Caja laboral, de nuevo con Splitter, San Emeterio y Huertas como hombres clave. El trío se sale en esta final. El miedo a ganar parece superado. Si no, no huibieran pasado con acierto el cúmulo de despropósitos de los dos últimos segundos. Tras canasta casi inútil de Morris (67-70) y con ese tiempo por jugar, Huertas pisa la línea al recibir, San Emeterio hace falta antideportiva y el Barça anota dos tiros y tiene la última opción. pero Ricky se equivoca en el pase y el equipo visitante gana, pero pudo perder. Y no hubiera sido justo.
viernes, 11 de junio de 2010
Final de la NBA (4) El Banquillo de los Celtics se impone
CELTICS 96 - 89 LAKERS
La final de la NBA llega a un punto en el que cualquier pronóstico va a ser hecho añicos al instante. Todos apuntaban a un 2-2 tras el cuarto partido pero el desarrollo del partido de ayer da que pensar a los Lakers. Los Celtics vencieron con 38 puntos del banquillo, 20 en el último cuarto. Con esas cifras los angelinos lo van a pasar mal en algún momento.
Y todavía quedan momentos para que la final gire, vuelva a girar y todavía dé una vuelta más. Alguien decía el otro día que el banquillo verde era mejor pero que con la pintura los Lakers pueden ganar. No estaría yo tan seguro. El equipo de Jackson es muy bueno dentro, pero 38 puntos de banquillo son una brutalidad. Tienen que mejorar detalles.
Y eso que parecía que en un momento del segundo cuarto, los Lakers se venían arriba (35-43) pero los Celtics tiraron de orgullo y mandaron todo el resto del encuentro. Muy empatado hasta mediados del último cuarto, momento en que un triple de Nate Robinson y otro de Wallace, pusieron un 70-61 que era una verdadera puñalada. Ni Bryant ni Gasol pudieron hacer nada de ahí al final. Ayer el norteamericano anotó, de nuevo, 30 puntos y Gasol 21, para un total del casi el 60% de puntos del total de los vigentes campeones.
El banquillo de los Celtics es mejor. Robinson, Davis, Wallace, Tony Allen. Un verdadero quebradero de cabeza para cualquiera. Ayer, "Big Baby", Glenn Davis anotó 20 puntos. Un jugador que con muy poco hace mucho, con nada hace maravillas. Pasado de peso, y con limitaciones en el tiro lucha como el que más. Ahí está el éxito que, como siempre, tiene un gran protagonista, el entrenador Doc Rives convenció al jugador de quedarse en la franquicia el pasado verano. Le hizo caso y está triunfando.
Y en los Lakers falla el banco. Odom no aportó casi nada y defendió muy mal y qué decir de Vujacic, de Farmar, de Walton, incluso de Artest, muy limitado pero gran defensor, aunque parece insuficiente... Tienen un problema los Lakers que incluso puede no ser definitivo. Gasol y Bryant con un poco de ayuda de Bynum, a pesar de tener la rodilla derecha destrozada, pueden ganar el anillo sin problemas. Pero hace falta, para asegurar, más aportación. Les hará falta en el quinto encuentro que se disputa el domingo en el TD Garden.
Y es que a Boston le llenaría de moral viajar a Los Angeles con 3-2 a favor. Qué decir del campeón actual que si viaja con ventaja será casi campeón. Nadie ha ganado los dos últimos partidos fuera en una final, aunque estuvo a punto de hacerlo Detroit en el 2005. Muchas apuestas dan por campeón al que gane el domingo. No van desencaminados.
La final de la NBA llega a un punto en el que cualquier pronóstico va a ser hecho añicos al instante. Todos apuntaban a un 2-2 tras el cuarto partido pero el desarrollo del partido de ayer da que pensar a los Lakers. Los Celtics vencieron con 38 puntos del banquillo, 20 en el último cuarto. Con esas cifras los angelinos lo van a pasar mal en algún momento.
Y todavía quedan momentos para que la final gire, vuelva a girar y todavía dé una vuelta más. Alguien decía el otro día que el banquillo verde era mejor pero que con la pintura los Lakers pueden ganar. No estaría yo tan seguro. El equipo de Jackson es muy bueno dentro, pero 38 puntos de banquillo son una brutalidad. Tienen que mejorar detalles.
Y eso que parecía que en un momento del segundo cuarto, los Lakers se venían arriba (35-43) pero los Celtics tiraron de orgullo y mandaron todo el resto del encuentro. Muy empatado hasta mediados del último cuarto, momento en que un triple de Nate Robinson y otro de Wallace, pusieron un 70-61 que era una verdadera puñalada. Ni Bryant ni Gasol pudieron hacer nada de ahí al final. Ayer el norteamericano anotó, de nuevo, 30 puntos y Gasol 21, para un total del casi el 60% de puntos del total de los vigentes campeones.
El banquillo de los Celtics es mejor. Robinson, Davis, Wallace, Tony Allen. Un verdadero quebradero de cabeza para cualquiera. Ayer, "Big Baby", Glenn Davis anotó 20 puntos. Un jugador que con muy poco hace mucho, con nada hace maravillas. Pasado de peso, y con limitaciones en el tiro lucha como el que más. Ahí está el éxito que, como siempre, tiene un gran protagonista, el entrenador Doc Rives convenció al jugador de quedarse en la franquicia el pasado verano. Le hizo caso y está triunfando.
Y en los Lakers falla el banco. Odom no aportó casi nada y defendió muy mal y qué decir de Vujacic, de Farmar, de Walton, incluso de Artest, muy limitado pero gran defensor, aunque parece insuficiente... Tienen un problema los Lakers que incluso puede no ser definitivo. Gasol y Bryant con un poco de ayuda de Bynum, a pesar de tener la rodilla derecha destrozada, pueden ganar el anillo sin problemas. Pero hace falta, para asegurar, más aportación. Les hará falta en el quinto encuentro que se disputa el domingo en el TD Garden.
Y es que a Boston le llenaría de moral viajar a Los Angeles con 3-2 a favor. Qué decir del campeón actual que si viaja con ventaja será casi campeón. Nadie ha ganado los dos últimos partidos fuera en una final, aunque estuvo a punto de hacerlo Detroit en el 2005. Muchas apuestas dan por campeón al que gane el domingo. No van desencaminados.
jueves, 10 de junio de 2010
Final de la Liga ACB (1) El Caja Laboral cambia el guión
BARÇA 58 - 63 CAJA LABORAL
Parecía increible que algo así sucediera pero ocurrió en una noche para la historia en el Caja Laboral. Nadie profanaba el Palau desde el 3 de enero de 2009 en Liga ACB y, en ese tiempo, 18 meses, sólo el Madrid había ganado en la cancha azulgrana, en un partido de Euroliga. La ACB se pone al rojo vivo ya que el equipo de Ivanovic ha recuperado el factor cancha y eso no es una tontería, sabiendo que el grupo que dirige el montenegrino es muy inaccesible en el Buesa Arena.
Sucedió todo en una noche que empezó muy bien para el Caja Laboral, la auténtica clave de la victoria. Porque sólo empezando así (0-12, 4-18. 22-34) pudieron ganar los visitantes. El Barça recuperó antes del descanso hasta el 32-34 pero la sensación ya estaba dada. El equipo de Ivanovic no iba a ser una presa fácil.
Estaba Splitter en forma, 14 puntos, antes del descanso, y el brasileño es clave en este colectivo. Sólo un mal comienzo de tercer cuarto, hicieron temer a los visitantes por el triunfo. El Barça se fue de siete (48-41) y antes del acto final estaba por delante. 48-45. Defendía mejor el grupo de Pascual, funcionaba la zona, y Splitter estaba más controlado. pero llegó el último cuarto, excelso en los vascos. 10-18 en el cómputo parcial para uno de los mejores ejercicios que se han visto a un visitante en el Palau. Concentración máxima, defensa, rebote, control de nervios. Un clinic de Ivanovic sobre su alumno Pascual.
Da un giro radical esta serie y lo da por una causa que nadie esperaba. Resulta que la competición es mejor que el descanso, por lo menos antes de una final. El descansar nueve días no le ha vendido bien a un Barça que ha perdido ante un equipo que hace cuatro estaba jugando un quinto partido espectacular. Ahora resulta que, sacando las estadísticas, en las cinco ocasiones que un finalista que ha ganado su serie 3-0 se enfrenta a uno que la ha ganado 3-2, ha vencido en cuatro de ellas éste último, el que viene más cansado.
Ahora bien, que nadie dé por muerto al bloque de Pascual porque sigue siendo favorito. Da igual que vaya 0-1 en contra. Este equipo sólo ha perdido cuatro partidos en Liga en diez meses. El Caja Laboral le debe ganar dos en siete días para ser campeón. Todavía algo muy difícil.
Parecía increible que algo así sucediera pero ocurrió en una noche para la historia en el Caja Laboral. Nadie profanaba el Palau desde el 3 de enero de 2009 en Liga ACB y, en ese tiempo, 18 meses, sólo el Madrid había ganado en la cancha azulgrana, en un partido de Euroliga. La ACB se pone al rojo vivo ya que el equipo de Ivanovic ha recuperado el factor cancha y eso no es una tontería, sabiendo que el grupo que dirige el montenegrino es muy inaccesible en el Buesa Arena.
Sucedió todo en una noche que empezó muy bien para el Caja Laboral, la auténtica clave de la victoria. Porque sólo empezando así (0-12, 4-18. 22-34) pudieron ganar los visitantes. El Barça recuperó antes del descanso hasta el 32-34 pero la sensación ya estaba dada. El equipo de Ivanovic no iba a ser una presa fácil.
Estaba Splitter en forma, 14 puntos, antes del descanso, y el brasileño es clave en este colectivo. Sólo un mal comienzo de tercer cuarto, hicieron temer a los visitantes por el triunfo. El Barça se fue de siete (48-41) y antes del acto final estaba por delante. 48-45. Defendía mejor el grupo de Pascual, funcionaba la zona, y Splitter estaba más controlado. pero llegó el último cuarto, excelso en los vascos. 10-18 en el cómputo parcial para uno de los mejores ejercicios que se han visto a un visitante en el Palau. Concentración máxima, defensa, rebote, control de nervios. Un clinic de Ivanovic sobre su alumno Pascual.
Da un giro radical esta serie y lo da por una causa que nadie esperaba. Resulta que la competición es mejor que el descanso, por lo menos antes de una final. El descansar nueve días no le ha vendido bien a un Barça que ha perdido ante un equipo que hace cuatro estaba jugando un quinto partido espectacular. Ahora resulta que, sacando las estadísticas, en las cinco ocasiones que un finalista que ha ganado su serie 3-0 se enfrenta a uno que la ha ganado 3-2, ha vencido en cuatro de ellas éste último, el que viene más cansado.
Ahora bien, que nadie dé por muerto al bloque de Pascual porque sigue siendo favorito. Da igual que vaya 0-1 en contra. Este equipo sólo ha perdido cuatro partidos en Liga en diez meses. El Caja Laboral le debe ganar dos en siete días para ser campeón. Todavía algo muy difícil.
miércoles, 9 de junio de 2010
Final de la NBA (3) Fisher guía a los Lakers
CELTICS 84 - 91 LAKERS
La historia es clara en estos momentos de finales. Si Ray Allen anota 32 puntos un partido y 48 después falla los 14 tiros que intenta, algo pasa. Si Pierce anota la primera canasta en juego a dos minutos del descanso, los Celtics tienen las de perder. Perdieron y los Lakers recuperan el factor cancha. Volverán seguro a L.A, eso si no ganan antes la NBA en el mismo Garden.
Aún así no fue fácil para los visitantes. No, porque alguien tiene que salir en Boston al rescate. De nuevo Rondo, pero sobre todo, Garnett. Los 22 puntos del ala-pivot mantuvieron con alas a su equipo casi hasta el final, cuando una serie de decisiones erróneas les hicieron perder. Para entonces, los Lakers ya habían amarrado el partido en un día regular de Bryant (no en puntos, 27, pero sí en tiro 11/31) y un decente partido de Gasol (13 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias). Siempre ha ganado la NBA el que ha vencido el tercero de los partidos llegando 1-1. La estadística está sobre la mesa.
Y tiene pinta de ser así. Sufrirán todavía pero da la sensación de que los Lakers han dado un paso de gigante para renovar el anillo. En el peor de los casos, pueden perder los dos partidos que restan en Boston, pero tendrían dos en casa para ganar. Aún así, tienen muchas posibilidades de ganar mañana de nuevo porque ese es el partido en el que Boston, que va por detrás, siente la presión. Saben que si fallan se despiden del título.
La pintura de los Lakers es más que la de Celtics. No es que sea mejor, es que simplemente es más rotunda. Gasol, Bynum, Odom. Sólo Garnett y, algunos ratos, Perkins y Davis, pero insuficiente valor verde dentro de la zona, donde los partidos se disputan. Por el exterior si Allen va a tener estos vaivenes, es mejor no fiarse de él. Impoluto el otro día, horrible anoche. Bryant no estuvo muy acertado anoche pero es regular y, si no, sale Fisher.
El veterano base angelino solucionó el partido ayer con 11 puntos en el último cuarto, vitales para amortiguar la reacción de los Celtics, que se llegaron a poner a uno, yendo 17 abajo al borde del descanso. La prensa californiana llegó a publicar que Fisher estaba más fuera que dentro del equipo y ahí le tienes. Siempre está, casi nunca se le espera, pero siempre aparece.
Mañana cuarto partido muy importante. Para loa Lakers, sin presión porque podrían perder sin tener demasiados problemas para el futuro de la serie. Pero para Boston es vital. Fallar mañana, ante su público, sería morir.
La historia es clara en estos momentos de finales. Si Ray Allen anota 32 puntos un partido y 48 después falla los 14 tiros que intenta, algo pasa. Si Pierce anota la primera canasta en juego a dos minutos del descanso, los Celtics tienen las de perder. Perdieron y los Lakers recuperan el factor cancha. Volverán seguro a L.A, eso si no ganan antes la NBA en el mismo Garden.
Aún así no fue fácil para los visitantes. No, porque alguien tiene que salir en Boston al rescate. De nuevo Rondo, pero sobre todo, Garnett. Los 22 puntos del ala-pivot mantuvieron con alas a su equipo casi hasta el final, cuando una serie de decisiones erróneas les hicieron perder. Para entonces, los Lakers ya habían amarrado el partido en un día regular de Bryant (no en puntos, 27, pero sí en tiro 11/31) y un decente partido de Gasol (13 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias). Siempre ha ganado la NBA el que ha vencido el tercero de los partidos llegando 1-1. La estadística está sobre la mesa.
Y tiene pinta de ser así. Sufrirán todavía pero da la sensación de que los Lakers han dado un paso de gigante para renovar el anillo. En el peor de los casos, pueden perder los dos partidos que restan en Boston, pero tendrían dos en casa para ganar. Aún así, tienen muchas posibilidades de ganar mañana de nuevo porque ese es el partido en el que Boston, que va por detrás, siente la presión. Saben que si fallan se despiden del título.
La pintura de los Lakers es más que la de Celtics. No es que sea mejor, es que simplemente es más rotunda. Gasol, Bynum, Odom. Sólo Garnett y, algunos ratos, Perkins y Davis, pero insuficiente valor verde dentro de la zona, donde los partidos se disputan. Por el exterior si Allen va a tener estos vaivenes, es mejor no fiarse de él. Impoluto el otro día, horrible anoche. Bryant no estuvo muy acertado anoche pero es regular y, si no, sale Fisher.
El veterano base angelino solucionó el partido ayer con 11 puntos en el último cuarto, vitales para amortiguar la reacción de los Celtics, que se llegaron a poner a uno, yendo 17 abajo al borde del descanso. La prensa californiana llegó a publicar que Fisher estaba más fuera que dentro del equipo y ahí le tienes. Siempre está, casi nunca se le espera, pero siempre aparece.
Mañana cuarto partido muy importante. Para loa Lakers, sin presión porque podrían perder sin tener demasiados problemas para el futuro de la serie. Pero para Boston es vital. Fallar mañana, ante su público, sería morir.
martes, 8 de junio de 2010
Messina debe explicarse pero debe continuar
FIRMA INVITADA
MARIANO GALINDO
Al concluir el quinto partido de la semifinal entre el Caja Laboral y el Real Madrid, el técnico italiano, con su equipo recién eliminado, dijo que no era el momento de hacer balance de la temporada. No pasa nada, está en su derecho, pero es que realmente durante el curso, cuando llegaban los batacazos, el pedía que acabase todo para valorar. Pues bien, ha terminado y el italiano sigue en las mismas. Sus razones tendrá, sólo que se espera que aporte algo, de luz o de sombras, de lo que quiera y que explique qué ha salido mal. Al aficionado blanco le interesaría saber por qué se tomaron decisiones como la de cortar a Kaukenas para meter a un pívot, otro más, que se ha quedado prácticamente inédito en los play offs. O la historia de Almond, si realmente lo pidió Messina para luego dejarle con el chándal. O las razones por las que Vidal pasó de no disputar minutos a jugarse los minutos claves de la temporada. O los 0 minutos de Tomic en la final de la Copa del Rey. Esas cosas y otras, creo, merecen ser explicadas.
A pesar de todo, soy de los que piensan que hay que confiar en Messina, en que si ahora se le despide, cosa que no va a ocurrir, todo lo bueno que se haya podido sacar de este año, quedaría en nada. No está el Madrid para vueltas a empezar.
Porque ha habido cosas interesantes, además de las heredadas de tiempos pasados. La que más, una fulgurante estrella llamada Ante Tomic. Posee carácter, no se amilana y parece ser que es el que más entiende de todos lo que le pide su técnico. Y después hay nombres para la esperanza, como Velickovic, un tipo enchufadísimo, un ganador de esos que necesitan todos los conjuntos. Le queda camino, como a este Real Madrid, pero después de un año desastroso la palabra paciencia debe ser la que esté presente en la mayoría de las decisiones.
Se harán cambios y se traerán grandes jugadores ¿Sergio Rodríguez?, en pos de una mejor planificación de una plantilla que se hundió definitivamente después de la final de la Copa. Hubo un pequeño resurgimiento en aquella victoria del Palau en la Euroliga, pero las cosas se habían hecho mal contra el Maccabi y se hicieron peor al perder en Vistalegre ante el Baskonia y dejarse el factor cancha en las semifinales. Al final lo que ha decidido el pasar de una temporada aceptable a una bastante mala han podido ser estos dos encuentros, ante su público, en los que el Madrid no supo definir.
Tiene trabajo por delante Messina. Pero le deben dejar trabajar, desde todos los ámbitos. Por lo menos, algunos de los que asfixiaron a su antecesor en el banquillo merengue, tienen la pluma comedida. Diferente rasero.
MARIANO GALINDO
Al concluir el quinto partido de la semifinal entre el Caja Laboral y el Real Madrid, el técnico italiano, con su equipo recién eliminado, dijo que no era el momento de hacer balance de la temporada. No pasa nada, está en su derecho, pero es que realmente durante el curso, cuando llegaban los batacazos, el pedía que acabase todo para valorar. Pues bien, ha terminado y el italiano sigue en las mismas. Sus razones tendrá, sólo que se espera que aporte algo, de luz o de sombras, de lo que quiera y que explique qué ha salido mal. Al aficionado blanco le interesaría saber por qué se tomaron decisiones como la de cortar a Kaukenas para meter a un pívot, otro más, que se ha quedado prácticamente inédito en los play offs. O la historia de Almond, si realmente lo pidió Messina para luego dejarle con el chándal. O las razones por las que Vidal pasó de no disputar minutos a jugarse los minutos claves de la temporada. O los 0 minutos de Tomic en la final de la Copa del Rey. Esas cosas y otras, creo, merecen ser explicadas.
A pesar de todo, soy de los que piensan que hay que confiar en Messina, en que si ahora se le despide, cosa que no va a ocurrir, todo lo bueno que se haya podido sacar de este año, quedaría en nada. No está el Madrid para vueltas a empezar.
Porque ha habido cosas interesantes, además de las heredadas de tiempos pasados. La que más, una fulgurante estrella llamada Ante Tomic. Posee carácter, no se amilana y parece ser que es el que más entiende de todos lo que le pide su técnico. Y después hay nombres para la esperanza, como Velickovic, un tipo enchufadísimo, un ganador de esos que necesitan todos los conjuntos. Le queda camino, como a este Real Madrid, pero después de un año desastroso la palabra paciencia debe ser la que esté presente en la mayoría de las decisiones.
Se harán cambios y se traerán grandes jugadores ¿Sergio Rodríguez?, en pos de una mejor planificación de una plantilla que se hundió definitivamente después de la final de la Copa. Hubo un pequeño resurgimiento en aquella victoria del Palau en la Euroliga, pero las cosas se habían hecho mal contra el Maccabi y se hicieron peor al perder en Vistalegre ante el Baskonia y dejarse el factor cancha en las semifinales. Al final lo que ha decidido el pasar de una temporada aceptable a una bastante mala han podido ser estos dos encuentros, ante su público, en los que el Madrid no supo definir.
Tiene trabajo por delante Messina. Pero le deben dejar trabajar, desde todos los ámbitos. Por lo menos, algunos de los que asfixiaron a su antecesor en el banquillo merengue, tienen la pluma comedida. Diferente rasero.
lunes, 7 de junio de 2010
FINAL DE LA NBA (2) Vuelve el orgullo verde
LAKERS 94 - 103 CELTICS
El orgullo verde ha vuelto. No se podía esperar menos. En un partido lleno de tensión y de buen juego en varios momentos, los Celtics han recuperado el factor cancha ganando en el Staples Center. Ray Allen (32 puntos) y Rajon Rondo (18, 12 rebotes, 10 asistencias) han sido claves para la resurrección del equipo de Doc Rivers.
No se antojaba vital pero sí muy importante el encuentro para los Celtics. Perder ayer hubiera sido tener que remar contracorriente y ganar tres partidos en casa seguidos y luego pescar uno en Los Angeles. Para la igualdad de la serie, casi misión imposible. Pero Boston ganó (94-103) y tiene ahora un trio de partidos consecutivos que, si bien todos los analistas apuestan por la vuelta a California, al menos tienes la oportunidad de jugar en casa.
Brilló Gasol, pero no tanto Bryant y Garnett, auténticas figuras mediáticas. El angelino, cargado por faltas (quinta personal con diez minutos por jugar) y el de Boston porque no es el que era. Pau se refirió el otro día a él como un tipo "que ha perdido explosividad". Es cierto. Garnett no es el jugador que guió al anillo hace dos temporadas a los verdes ni, por supuesto, la estrella que fue en Minnessota. Pau puede con él en casi todas las facetas de partido. Ayer el español hizo 25 puntos y colocó 7 tapones, una auténtica barbaridad. Dos de ellos fueron para Kevin.
Como bien dijo Sergio Valdeolmillos, ex técnico de Granada, en la retransmisión de Tirando a Fallar en Es Radio (qué gran trabajo de los compañeros), Boston defendió mucho mejor la pintura que en el primer partido. Eso fue lo que le sirvió para creer que podían ganar. Eso y los 27 puntos de Allen en el primer tiempo con 7/8 en tiro de tres. Cuando el ex Sonic anotó el octavo se convirtió en el jugador que anota más triples en un partido de Play off.
Rondo, Wallace, Perkins y Pierce, fueron claves también para que Boston ganara. Rondo con su triple doble, Wallace anotando desde todas las posiciones y ayudando en rebote. Pierce en menor medida pero anteponiendo la faceta pasadora a la anotadora. Todo eso hizo que a partir de ahora los Lakers se vean obligados a vencer al menos un partido en el TD North Bank. Sólo Detroit en el 2004 y Miami en el 2006 han ganado los partidos como locales en una final, algo que ayuda a los angelinos.
El orgullo verde ha vuelto. No se podía esperar menos. En un partido lleno de tensión y de buen juego en varios momentos, los Celtics han recuperado el factor cancha ganando en el Staples Center. Ray Allen (32 puntos) y Rajon Rondo (18, 12 rebotes, 10 asistencias) han sido claves para la resurrección del equipo de Doc Rivers.
No se antojaba vital pero sí muy importante el encuentro para los Celtics. Perder ayer hubiera sido tener que remar contracorriente y ganar tres partidos en casa seguidos y luego pescar uno en Los Angeles. Para la igualdad de la serie, casi misión imposible. Pero Boston ganó (94-103) y tiene ahora un trio de partidos consecutivos que, si bien todos los analistas apuestan por la vuelta a California, al menos tienes la oportunidad de jugar en casa.
Brilló Gasol, pero no tanto Bryant y Garnett, auténticas figuras mediáticas. El angelino, cargado por faltas (quinta personal con diez minutos por jugar) y el de Boston porque no es el que era. Pau se refirió el otro día a él como un tipo "que ha perdido explosividad". Es cierto. Garnett no es el jugador que guió al anillo hace dos temporadas a los verdes ni, por supuesto, la estrella que fue en Minnessota. Pau puede con él en casi todas las facetas de partido. Ayer el español hizo 25 puntos y colocó 7 tapones, una auténtica barbaridad. Dos de ellos fueron para Kevin.
Como bien dijo Sergio Valdeolmillos, ex técnico de Granada, en la retransmisión de Tirando a Fallar en Es Radio (qué gran trabajo de los compañeros), Boston defendió mucho mejor la pintura que en el primer partido. Eso fue lo que le sirvió para creer que podían ganar. Eso y los 27 puntos de Allen en el primer tiempo con 7/8 en tiro de tres. Cuando el ex Sonic anotó el octavo se convirtió en el jugador que anota más triples en un partido de Play off.
Rondo, Wallace, Perkins y Pierce, fueron claves también para que Boston ganara. Rondo con su triple doble, Wallace anotando desde todas las posiciones y ayudando en rebote. Pierce en menor medida pero anteponiendo la faceta pasadora a la anotadora. Todo eso hizo que a partir de ahora los Lakers se vean obligados a vencer al menos un partido en el TD North Bank. Sólo Detroit en el 2004 y Miami en el 2006 han ganado los partidos como locales en una final, algo que ayuda a los angelinos.
domingo, 6 de junio de 2010
El Madrid pierde por extenuación
Son sensaciones contrapuestas las que nos deja la eliminación del Madrid de la ACB y, por consiguiente, el pase del Caja Laboral a la gran final. Una muy clara es que al equipo de Messina se le ha escapado la victoria en los pequeños detalles. Les pasó en los dos partidos primeros en cancha foránea y les ha pasado hoy. El conjunto madridista ha llegado con ventaja a los últimos siete minutos de partido pero no ha rematado, tras remar contracorriente. Un 17-6 en el primer cuarto presagiaba un partido casi imposible. Y esa es la sensación que ha transmitido el Madrid. la de no poder ganar nunca en Vitoria.
Este año no lo ha hecho en las cuatro ocasiones que ha visitado el Buesa Arena. Si bien el partido de liga regular fue caótico (80-62), los de play off los ha podido ganar todos. Pero... algo falla, y es ahora Messina el que debería explicar algo. Por ejemplo, ahora que está eliminado el equipo y se puede decir ¿Porqué Vidal ha jugado minutos importantes en la serie tras no contar nunca en la temporada? ¿Por qué Bullock no ha jugado más o, más sonrojante todavía, por qué tras jugar los minutos vitales en toda la serie, hoy no ha aparecido en el último cuarto? ¿Por qué Almond no ha jugado nada si se le fichó para que aportara puntos? ¿por qué, entonces, se cortó a Kaukenas? Y tantas preguntas que debe responder Messina. Tantas y tantas.... en fin.
Y eso que el Madrid ha muerto casi matando. Hasta que la extenuación ha podido con el club blanco. Tras ese 17-6 del primer cuarto, el Madrid rema y rema. Llega a cinco de su rival al descanso. 28-23. Tras un tercer cuarto aseado, incluso en puntuación, 20 puntos, el Madrid se pone a tres. Y en el último engancha un parcial de 0-4 que le pone por delante en el marcador. Pero empieza a nublarse. Las canastas eran épicas cuando las había, la defensa se impone al ataque. Y en esas lides se maneja a las mil maravillas el conjunto de Ivanovic. Dos triples errados por Llull, el último a cincuenta segundos por jugar, llevaba al cuadro de Messina al infierno. Temporada suspensa.
Y la sensación que le queda al aficionado blanco es de frustración. Tras ganar los dos partidos en Vistalegre muy bien, te queda que una victoria se podía haber sacado de cancha vasca sin problemas, con sólo manejar los detalles. En otras palabras, el Madrid no ha sido peor que el Caja Laboral y, sin embargo, está fuera. Pero desde luego no ha debido perder los tres partidos en el Buesa.
Y ahora la final que las estadísticas apoyaban. Primero contra segundo y, quizá, un campeón sabido a no ser que el Caja Laboral apriete lo indecible en defensa. Pero ha llegado a un quinto partido y el Barça está descansando desde el martes. Una ventaja crucial para el ya favorito de por sí.
Este año no lo ha hecho en las cuatro ocasiones que ha visitado el Buesa Arena. Si bien el partido de liga regular fue caótico (80-62), los de play off los ha podido ganar todos. Pero... algo falla, y es ahora Messina el que debería explicar algo. Por ejemplo, ahora que está eliminado el equipo y se puede decir ¿Porqué Vidal ha jugado minutos importantes en la serie tras no contar nunca en la temporada? ¿Por qué Bullock no ha jugado más o, más sonrojante todavía, por qué tras jugar los minutos vitales en toda la serie, hoy no ha aparecido en el último cuarto? ¿Por qué Almond no ha jugado nada si se le fichó para que aportara puntos? ¿por qué, entonces, se cortó a Kaukenas? Y tantas preguntas que debe responder Messina. Tantas y tantas.... en fin.
Y eso que el Madrid ha muerto casi matando. Hasta que la extenuación ha podido con el club blanco. Tras ese 17-6 del primer cuarto, el Madrid rema y rema. Llega a cinco de su rival al descanso. 28-23. Tras un tercer cuarto aseado, incluso en puntuación, 20 puntos, el Madrid se pone a tres. Y en el último engancha un parcial de 0-4 que le pone por delante en el marcador. Pero empieza a nublarse. Las canastas eran épicas cuando las había, la defensa se impone al ataque. Y en esas lides se maneja a las mil maravillas el conjunto de Ivanovic. Dos triples errados por Llull, el último a cincuenta segundos por jugar, llevaba al cuadro de Messina al infierno. Temporada suspensa.
Y la sensación que le queda al aficionado blanco es de frustración. Tras ganar los dos partidos en Vistalegre muy bien, te queda que una victoria se podía haber sacado de cancha vasca sin problemas, con sólo manejar los detalles. En otras palabras, el Madrid no ha sido peor que el Caja Laboral y, sin embargo, está fuera. Pero desde luego no ha debido perder los tres partidos en el Buesa.
Y ahora la final que las estadísticas apoyaban. Primero contra segundo y, quizá, un campeón sabido a no ser que el Caja Laboral apriete lo indecible en defensa. Pero ha llegado a un quinto partido y el Barça está descansando desde el martes. Una ventaja crucial para el ya favorito de por sí.
viernes, 4 de junio de 2010
FINAL DE LA NBA (1) Bryant y Gasol apuntan al cielo
LAKERS 102 - 89 CELTICS
Si hacemos caso a la historia, podríamos decir que los Lakers ganarán la NBA. Phil Jackson ha ganado las 47 eliminatorias en las que uno de sus equipos se ha puesto por delante 1-0 en play off. Claro que también las estadísticas están para romperse y a eso se aferran los Celtics para no rendirse, cosa que no van a hacer.
Pero en la pasada madrugada vimos más Lakers en el Staples. Tendrán que mejorar los pupilos de Doc Rivers porque el equipo angelino fue netamente superior, sobre todo desde los minutos finales del segundo cuarto. Hasta ese momento todo había sido equilibrado, un partido con muchas faltas, muy físico, algo que le va mejor al equipo verde con más centímetros y más peso.
Los Lakers dieron un estirón al final del segundo cuarto que dejó el encuentro con nueve arriba (50-41). Ese despegue más el mal comienzo visitante hicieron que la ventaja fuera de quince 67-52 y, al final del cuarto de veinte. 84-64. Los Celtics iban en claro retroceso ya que no pueden aguantar un ritmo de más de cien puntos. Los Lakers habían anotado 34 en esa fase del partido.
Tuvieron un amago de reacción los de Rvers con un 1-10 de parcial que les acercó a once. Pero era un espejismo. Gasol cerró el partido con un mate a tres minutos y Artest lo remató con un triple que fue definitivo. Da la sensación de que los Celtics volverán, por supuesto, pero que tienen que ganar el partido del domingo porque si no, las cosas pueden ser duras. También da la sensación de que, en la pintura, los amarillos son mejores. Ayer Gasol, 23 puntos, 14 rebotes, Bynum, 8 más 12 capturas.
El español adornó su partido con tres tapones, todos sobre Garnett, y con dos asistencias, lo que le convierte en jugador referencia y en el cuatro más dominante que ha tenido Jackson en ninguno de los equipos a los que ha entrenado. Si hablamos del resto de los Lakers, hay que hablar de Bryant, impoluto casi en todo lo que hace. 30 puntos y la sensación de dominar el partido hasta el punto de jugar a lo que él quiere y de permitirse el lujo de descansar ocho minutos, algo que no puede decir Pau que sólo estuvo en el banco, un minuto y medio.
Esa es una de las cosas que puede interrumpir el camino de los Lakers hacia el anillo, el desgaste del catalán. Jackson lo podrá impedir pero deberá descansar más en cada partido pensando que la serie va a ser larga. Al menos, los Celtics quieren eso.
Si hacemos caso a la historia, podríamos decir que los Lakers ganarán la NBA. Phil Jackson ha ganado las 47 eliminatorias en las que uno de sus equipos se ha puesto por delante 1-0 en play off. Claro que también las estadísticas están para romperse y a eso se aferran los Celtics para no rendirse, cosa que no van a hacer.
Pero en la pasada madrugada vimos más Lakers en el Staples. Tendrán que mejorar los pupilos de Doc Rivers porque el equipo angelino fue netamente superior, sobre todo desde los minutos finales del segundo cuarto. Hasta ese momento todo había sido equilibrado, un partido con muchas faltas, muy físico, algo que le va mejor al equipo verde con más centímetros y más peso.
Los Lakers dieron un estirón al final del segundo cuarto que dejó el encuentro con nueve arriba (50-41). Ese despegue más el mal comienzo visitante hicieron que la ventaja fuera de quince 67-52 y, al final del cuarto de veinte. 84-64. Los Celtics iban en claro retroceso ya que no pueden aguantar un ritmo de más de cien puntos. Los Lakers habían anotado 34 en esa fase del partido.
Tuvieron un amago de reacción los de Rvers con un 1-10 de parcial que les acercó a once. Pero era un espejismo. Gasol cerró el partido con un mate a tres minutos y Artest lo remató con un triple que fue definitivo. Da la sensación de que los Celtics volverán, por supuesto, pero que tienen que ganar el partido del domingo porque si no, las cosas pueden ser duras. También da la sensación de que, en la pintura, los amarillos son mejores. Ayer Gasol, 23 puntos, 14 rebotes, Bynum, 8 más 12 capturas.
El español adornó su partido con tres tapones, todos sobre Garnett, y con dos asistencias, lo que le convierte en jugador referencia y en el cuatro más dominante que ha tenido Jackson en ninguno de los equipos a los que ha entrenado. Si hablamos del resto de los Lakers, hay que hablar de Bryant, impoluto casi en todo lo que hace. 30 puntos y la sensación de dominar el partido hasta el punto de jugar a lo que él quiere y de permitirse el lujo de descansar ocho minutos, algo que no puede decir Pau que sólo estuvo en el banco, un minuto y medio.
Esa es una de las cosas que puede interrumpir el camino de los Lakers hacia el anillo, el desgaste del catalán. Jackson lo podrá impedir pero deberá descansar más en cada partido pensando que la serie va a ser larga. Al menos, los Celtics quieren eso.
jueves, 3 de junio de 2010
Llull alarga el sueño
Pudo ser la muerte para el Madrid pero demostró el equipo blanco que tiene vida, mucha, en esta ACB. Para empezar ha alargado la serie hasta mañana viernes y, si gana, irán a Vitoria con la presión para los vascos. También puede ser que el Caja Laboral despache un partido más aseado que el de ayer, tenga más intensidad defensiva y gane para clasificarse a la final.
El de ayer en Vistaelgre fue un partido de orgullo. Como dijo Ivanovic en rueda de prensa "jugando mal hemos podido ganar". Y era cierto. el partido estaba empatado a 63 con tres minutos y medio por jugar pero entonces Llull anotó dos triples estratosféricos. Otro de Prigioni más una canasta con adicional para el argentino, pusieron un 12-0 de parcial que acabó con el choque.
Y es que Sergio llull es un jugador para todo. Espléndido en diversas facetas de juego, director, compañero y anotador. Un fijo en la selección que defenderá el oro Mundial en Turquía este verano. Para el menorquín parece que todo es fácil. Su ausencia la notó el Madrid en el primer partido y, lesionado, jugó el segundo y aportó lo suyo. pero bien de forma, Llull es un fuera de serie, capaz de marcar el destino de un partido y girar el resultado.
Al principio había sido Tomic, que en un comienzo demoledor anotó 12 puntos casi seguidos. Ahí fue cuando Ivanovic vio que un 3-0 no era coser y cantar. Porque el partido anduvo empatado desde el principio hasta ese ilógico final. Incluso tuvo ventajas el Caja Laboral para pensar que tenía el partido controlado. 28-33 al borde del descanso, 37-50 con posesión a dos minutos del final del tercer cuarto. Pero eran cortas. Tan exíguas que el Madrid nunca se fue del partido y nunca se vio lejos. Por el contrario, al equipo de Ivanovic le costaba dar el arreón definitivo. Ayer buen juego de bloque pero especialmente fallones en los tiros libres. Splitter, de hecho, sólo anotó uno de los siete que tiró.
La explosión final deja al Madrid al borde del empate, como lo está el Caja Laboral del pase a la final. Allí espera un Barça ya favorito de por sí, pero mucho más si vascos y madrileños se pegan hasta el quinto. Entonces el equipo de Pascual recibirá a uno de ellos el jueves día 10 con todo a favor, con la maquinaria preparada para ganar un título que muchos dan ya por sentado.
Otra reflexión que deja el partido, y ya son tres de esta serie, es la no presencia de Almond en ningún minuto de los 120 que se han jugado hasta ahora. Sin embargo Vidal (5 puntos, 2 rebotes ayer en siete minutos de juego) sí que aparece. ¿Y entonces, para qué se fichó al tipo este? ¿por qué se descartó a Kaukenas, campeón el año pasado con Siena en la Lega? Las preguntas no tienen respuesta porque como Messina emplaza a todos a que termine la temporada para contestar... Así estamos.
El de ayer en Vistaelgre fue un partido de orgullo. Como dijo Ivanovic en rueda de prensa "jugando mal hemos podido ganar". Y era cierto. el partido estaba empatado a 63 con tres minutos y medio por jugar pero entonces Llull anotó dos triples estratosféricos. Otro de Prigioni más una canasta con adicional para el argentino, pusieron un 12-0 de parcial que acabó con el choque.
Y es que Sergio llull es un jugador para todo. Espléndido en diversas facetas de juego, director, compañero y anotador. Un fijo en la selección que defenderá el oro Mundial en Turquía este verano. Para el menorquín parece que todo es fácil. Su ausencia la notó el Madrid en el primer partido y, lesionado, jugó el segundo y aportó lo suyo. pero bien de forma, Llull es un fuera de serie, capaz de marcar el destino de un partido y girar el resultado.
Al principio había sido Tomic, que en un comienzo demoledor anotó 12 puntos casi seguidos. Ahí fue cuando Ivanovic vio que un 3-0 no era coser y cantar. Porque el partido anduvo empatado desde el principio hasta ese ilógico final. Incluso tuvo ventajas el Caja Laboral para pensar que tenía el partido controlado. 28-33 al borde del descanso, 37-50 con posesión a dos minutos del final del tercer cuarto. Pero eran cortas. Tan exíguas que el Madrid nunca se fue del partido y nunca se vio lejos. Por el contrario, al equipo de Ivanovic le costaba dar el arreón definitivo. Ayer buen juego de bloque pero especialmente fallones en los tiros libres. Splitter, de hecho, sólo anotó uno de los siete que tiró.
La explosión final deja al Madrid al borde del empate, como lo está el Caja Laboral del pase a la final. Allí espera un Barça ya favorito de por sí, pero mucho más si vascos y madrileños se pegan hasta el quinto. Entonces el equipo de Pascual recibirá a uno de ellos el jueves día 10 con todo a favor, con la maquinaria preparada para ganar un título que muchos dan ya por sentado.
Otra reflexión que deja el partido, y ya son tres de esta serie, es la no presencia de Almond en ningún minuto de los 120 que se han jugado hasta ahora. Sin embargo Vidal (5 puntos, 2 rebotes ayer en siete minutos de juego) sí que aparece. ¿Y entonces, para qué se fichó al tipo este? ¿por qué se descartó a Kaukenas, campeón el año pasado con Siena en la Lega? Las preguntas no tienen respuesta porque como Messina emplaza a todos a que termine la temporada para contestar... Así estamos.
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