miércoles, 28 de abril de 2010

Siempre Prigioni

No es precisamente la mejor temporada de Pablo Prigioni en la ACB. Es más, incluso diría que en algunos momentos se le ha visto fuera de sitio, lejos de aquel base que nos maravilló durante ocho años en el Tau Vitoria. Pero el argentino fue uno de los mejores en la victoria del Madrid en Granada y un robo de balón suyo fue vital para que el Madrid consiguiera ganar un partido que se le había comprometido bastante.

Quiere decir esto que el base puede estar empezando a recuperar el nivel deseado cuando llegó al Madrid. Es cierto que la edad también cuenta y Pablo se hace mayor. Es también cierto que la experiencia es un valor incontestable en todos los deportes. De ahí que Prigioni empiece a comprender que está para lo que está, que es ayudar, no tanto como antes, pero en dosis importantes para que el Madrid crezca.

Me cuentan que le tiene unas ganas enormes al partido del sábado ante el Caja Laboral de sus amores, ante el equipo que le hizo ser jugador, ante el técnico, Ivanovic, con el que guarda una relación de amor-odio auténtica. Más odio, cuentan, que amor, pero en definitiva el entrenador que le confió su papel predominante en la cancha. La prolongación de Dusko durante los siete años que le ha dirigido.

A favor de Prigioni, que siempre llega bien a final de año. Es una característica que siempre se autoinculca a principio de temporada, llegar como un toro a mayo. En contra de Pablo, que ya le ha ganado la partida casi siempre su rival por excelencia, que es Ricky Rubio. El chaval ha sido mejor en todos los Madrid-Barça de este año, hasta ocho. Eso duele y a Prigioni, más aún. Por esa razón vamos a ver a un jugador diferente lo que queda de año. No sé si le va a dar para ganar la Liga, creo que no y además no será por Pablo, pero veremos a un jugador más listo, sabiendo lo que se hace, demostrando sus años de basket. No maten a un jugador tan magistral por un año malo. Harían mal.

sábado, 24 de abril de 2010

Tim Duncan sigue maravillando

La séptima plaza de la Conferencia Oeste ha elevado las dudas sobre los Spurs de San Antonio a la enésima potencia. Pero el equipo tejano se impone a sus vecinos de Dallas 2-1 en la apasionante eliminatoria de primera ronda que les está enfrentando.
Parte de culpa de los buenos partidos de los de Popovich la está teniendo su sempiterna estrella Tim Duncan. Algunos ya no daban un duro por el varias veces MVP del año, pero Duncan está demostrando que puede seguir guiando a los Spurs hacia lo más alto. 22 puntos 17 rebotes en el segundo encuentro de la eliminatora, el partido que sirvió para que San Antonio igualase la serie y, más importante aún, recuperara el factor campo.
Ha sido siempre un tipo algo discutido. Que si el tiro es poco ortodoxo, que si no tiene cuerpo, que no se impone a los rivales, pero a la chita callando Duncan es un fuera de serie. Cuatro veces campéon de la NBA (1999, 2003, 2005 y 2007), el pivot se ha hecho un hueco ya en la NBA. El de Islas Virgenes (en aquel exótico lugar tienen el privilegio de ser paisanos del gran Duncan) busca ahora un sitio que han perdido los Spurs en los últimos años. Ahogados en la séptima plaza de la Conferencia por detrás de equipos peores como Portland, Utah o Denver, el equipo tejano tiene que sobreponerse ahora a una dura eliminatoria ante Dallas, en la que todos los expertos auguran siete partidos.
Por el momento, en el tercero (pasada madrugada) Nowitzki le ha roto la nariz (involuntariamente) a Ginobili. No ha pasado a mayores porque el argentino, junto a Duncan y Parker ha guiado a los suyos a una victoria casi vital.

lunes, 19 de abril de 2010

Spahija y su método triunfal

Con un carácter agrio pero con un potente espíritu ganador, llegó Neven Spahija hace tres temporadas al mercado ACB. Casi 36 meses después ya ha ganado una Liga con el Tau y ayer la Eurocup con el Power Electronics Valencia, lo que ha colocado al conjunto levantino, de nuevo, en el escaparate internacional.
Con una exhibición defensiva abrumadora, el Alba de Berlin se quedó sin argumentos. Tan sólo 44 puntos anotados por el conjunto germano en una final continental. Spahija ha sabido imprimir la defensa por encima de todo, siendo un auténtico obseso del tema. Para el croata, mejor 60 puntos recibidos que 90 anotados, mejor morir defendiendo que hacer florituras en ataque. En definitiva, antes anular al rival que explotar tus virtudes. Una filosofía con detractores, pero con muchos admiradores.
Seleccionador croata desde 2003 a 2005 (se enfrentó a España en el Europeo de Serbia, cayendo derrotada Croacia por una actuación muy parcial de los árbitros), no tuvo demasiada trascendencia internacional su paso por Lietuvos Ritas y por Maccabi. Eso sí, ganó las dos ligas domésticas, pero tuvo que ser en verano de 2007 cuando Neven Spahija diera el salto para el gran público.
Aquel verano, Josean Querejeta le captó para el Tau Vitoria. Tan terco estuvo el dirigente vasco en la contratación, como injusto en la salida del técnico. Spahija ganó la Liga ACB, consiguió el subcampeonato de Copa y metió al Tau en la Final Four de la Euroliga. La salida del equipo, tres días después de endosarle un 3-0 al Barça en la Final, le cogió de sorpresa. No en vano en la rueda de prensa, el técnico no se cortó al lanzar un lacónico “que llegue otro y haga lo mismo que yo en un año”. Ivanovc consiguió la Copa al año siguiente pero perdió la Liga y no entró en Final Four. Este año ha fracasado en Copa y Euroliga y la ACB será difícil que la ganen.
Es para Spahija, esta Eurocup, una demostración importante para los que no creen en él. De todas formas tiene bastante con preocuparse de hacer su trabajo, ya arduo por lo general, y hacer que el Valencia siga escalando. Ya tienen el premio de la Euroliga el año que viene y tienen todas las opciones de estar en semifinales de ACB. Valencia vuelve a ser capital de basket. Ya era hora.

lunes, 5 de abril de 2010

La imprevisibilidad de David y Goliath

FIRMA INVITADA

FRAN GUILLEN

En Estados Unidos, las historias de superación y triunfo del débil gustan una barbaridad. En un país forjado con el sudor de sus ciudadanos, levantado desde la nada, se contempla con un especial entusiasmo cada relato en el que, figuradamente, David tumba a Goliath. Por eso toda la nación clama ahora por que Butler, una universidad que, deportivamente, jamás se ha encontrado entre lo más granado (ni siquiera en Indiana, su propio estado), pueda levantar el primer título nacional de toda su historia en la que también es la primera ocasión en la que se cuela en una Final Four.
Bajo ese estigma, el de la enésima aventura de un pequeño que se puede subir a las barbas de un grande, llega el partido que coronará al mejor programa baloncestístico de la temporada 2009-2010 en la NCAA. En un lado, honda en mano, la citada Butler, más conocida por ser el alma mater del antiguo senador de Illinois George Ryan que por cualquier actividad que tenga que ver con una pelota. Enfrente, la muy poderosa y popular Duke, cuyas aulas pisaron más de setenta jugadores que después serían elegidos en un Draft de la NBA (no en vano, tres campeonatos y catorce participaciones en la Final Four le contemplan). La trama peliculera, servida.
Deportivamente, hablar de los Bulldogs es hacerlo de Gordon Hayward, un longilíneo alero de fluida mecánica de tiro, depurados fundamentos y una capacidad reboteadora notable para un muchacho de apariencia tan endeble. En ocasiones abusa del tiro, sabedor de que su universidad, cuyo fuerte es el trabajo en la retaguardia, depende casi exclusivamente de su inspiración ofensiva, pero la clase con la que se mueve por la cancha hace que todo espectador termine condonando sus pecados. Desde la banda, el encargado de admirar sus progresos es otro de los grandes nombres propios de esta final a cuatro, un Brad Stevens que, con sólo 33 años, no para de romper récords de precocidad en los banquillos. Su calmada elegancia deja entrever un futuro espléndido.
En los Blue Devils de Duke, el arsenal del coach Krzyzewski (también seleccionador norteamericano absoluto) es para hacer temblar las canillas de cualquiera. El francotirador Jon Scheyer y el percutor Brian Zoubek encuentran perfecto acompañamiento en un Nolan Smith permanentemente incómodo para el tejido defensivo del rival y en un Kyle Singler que, probablemente, sea uno de los chicos con más talento del país.
La sorpresa o lo habitual. La maquinaria ya ha empezado a trazar la historia de una universidad que está a un solo paso de inmortalizar su nombre para siempre. Esto es más habitual de lo que parece en la NCAA. Al fin y al cabo, hablamos del baloncesto más imprevisible del mundo.

sábado, 3 de abril de 2010

El gran tiro de Keith Smart

A raiz de la Final Four de la Liga Universitaria que empieza hoy en Indianapolis con las semifinales entre Duke y West Virginia y Buttler y Michigan State, recordamos hoy la final de 1987 en la que el alero Keith Smart dio la victoria a la Indiana de Bobby Knight en Nueva Orleans ante Syracuse.





Fue uno de los mejores tiros sobre la bocina que se recuerdan y la realidad se hizo ficción en la película "Hoosiers" con Gene Hackman caracterizado del gran Knight

jueves, 1 de abril de 2010

Seguir creyendo o morir

Mucha gente se está preguntando ya si la eliminatoria Madrid - Barça se va a acabar esta noche en el cuarto partido de Vistalegre. Yo soy de la opinión de que sí, de que al Madrid le va a costar mucho reponerse del partido del martes. Es cierto que lo importante sería ganar uno de los partidos en casa e ir a Barcelona a la batalla final, pero me da que el Barça es tan superior...
El Madrid ganó un partido en el Palau aprovechando un mal día del Barça. Es cierto que Messina leyó bien el partido pero lo leyó mal el martes, en el tercero, lo que me da que pensar. Más que nada porque Pascual volvió a imponerse claramente y nadie apuesta ahora por una victoria madridista en la eliminatoria.
Si nos ponemos a analizar las plantillas y cómo se presentan, es tarea obvia deducir que el Barça es mejor. Perdió un partido en casa pero lo recuperó a lo campeón el otro día. Los terceros y cuartos partidos tan seguidos tienen esto. Que si el equipo local, en este caso el Madrid, ha robado un encuentro fuera y tiene la opción de sentenciar en casa, sale algo nervioso y si pierde el tercero sale muy desmejorado al cuarto. Es cerdad que el Madrid morirá hoy por ganar en el parque pero no es menos cierto que es una losa pensar que el equipo blanco ha de volver ya al Palau si quiere que esto acabe bien.
El Madrid tiene una ventaja y es que sabe lo que debe hacer para ganar. Por supuesto hay un rival para contrarrestarlo pero Ante Tomic debería tomar más decisiones delante de Lorbek o de Ndong porque puede con ellos por movimientos de pie. Quizá con Vázquez no, pero esa es una lucha en la que el croata debería entrar porque puede salir ganador. Digo esto porque en el tercer partido del martes, Tomic hizo un partido muy bueno, 23 puntos, pero le faltó decisión ante Fran.
Enfrente, un Barça que ha recuperado para la causa a Navarro, triunfal el otro día, incluso ante la grada, provocador él, y provocador fuera de la cancha al no querer hacer declaraciones individuales. Esto es lo que tiene la "bomba". tan buen jugador como impredecible persona, algo tosco, antipático. En ese halo de irreverencia está también la genialidad de Juan Carlos.
Hoy jueves santo, a las 19.00, una hora extraña, el Madrid quiere seguir alargando la historia. Enfrente está el Barça que quiere volar hoy a su casa con la Final Four en el bolsillo. Si los blancos ganan, el quinto sería el miércoles que viene y la esperanza blanca se volvería a reactivar.